En el último post hablábamos del Marketing de los momentos, y el gran momento ha llegado hoy día 8 para Clinton (y Kaine) o para Trump (y Pence).
La elección de un candidato o de un partido no es comparable a la elección de un detergente, por ejemplo (con perdón para los señores Procter, Gamble, compañía y competencia), pero estas elecciones pueden inspirarnos ya que tanto Clinton como Trump son marcas y, como tales, puede resultar interesante que las evaluemos desde nuestro punto de vista, el del Marketing, también del no dirigido a estadounidenses.
Cada país tiene sus propios códigos culturales, y las percepciones de estos códigos desempeñan un papel fundamental en la forma en que se aplica el Marketing en cada país. Si nos servimos del análisis cultural de los códigos que resultan determinantes en diferentes países, para así ayudar a las marcas a implantar sus propuestas, podemos detectar las diferentes maneras en las que Trump y Clinton están aprovechando los valores y las creencias de los americanos para posicionarse… y ganar.
Un candidato a la presidencia necesita una causa, y ambos líderes / marcas la tienen:
- Donald Trump representa una nueva clase de fenómeno político, el outsider en política, el new entrant en esta categoría de producto.
- Hillary Clinton representa algo más convencional y el establishment (ha sido primera dama de Arkansas y del país, senadora y secretaria de estado).
- La marca Trump, el show-business (como showman y como businessman), ha irrumpido en la arena política, y la marca Clinton ha debido enfrentarse a una situación inesperada, sorprendente, y difícil.
LO NUEVO: ¡TRUMP COMO TRUMP! (A VECES DEMASIADO)

Fuente de la imagen: Web de la candidatura
Para sus simpatizantes, la marca Trump encarna el defensor de los estadounidenses oprimidos, el protector de los puestos de trabajo y, tal y como reza su eslogan, el salvador que “hará de Estados Unidos un gran país de nuevo”.
La reivindicación de Trump en cuanto a su aptitud para el puesto es que ha logrado amasar una gran fortuna y bienes, con sus edificios, su 757 o el programa El Aprendiz que también tuvo su versión en laSexta. Clica aquí para verlo.
Es el sueño americano personificado, la materialización de la idea de que, con talento, si trabajas duro y tienes visión, podrás llegar donde quieras. Además, él es quien sabe negociar y lograr resultados, con experiencia, realismo y profundo pragmatismo de quien dice lo que piensa y consigue todo lo que se propone, incluso de ser capaz de protagonizar el cambio.
LO VIEJO: ¿CLINTON COMO CLINTON? (NO MUCHO)

Fuente de la imagen: Web de la candidatura
La causa de la marca Clinton pasa por aprovechar el legado de la marca Obama. Si bien esta idea funciona para muchos, no cuenta con toda la energía que Obama logró vehicular en su momento (clica aquí para ver un ejemplo), ni tampoco le ayuda su larga pertenencia a la clase política, la casta como diríamos (tanto en lenguaje común como en el de la R.A.E: “ascendencia o linaje”).
Clinton hace apología del respeto por la honestidad a través de su ética del trabajo, su determinación, su negativa a abandonar, con política progresista y comprensiva, más a nivel intelectual.
LA RESPUESTA: CLINTON COMO LA ANTI-TRUMP
Con su vehemencia y su intensa apelación a las emociones primarias, Trump ha revolucionado el debate político. No obstante, este hecho también supone una ventaja para Clinton. Es el principio semiótico del "no ser" o de antítesis, que se basa en la idea de que una persona (y por extensión una marca) se define tanto por lo que es, como por lo que no es.
Cuando Clinton compitió en las primarias del Partido Demócrata contra Obama, de ella dijeron que era "la vieja historia de siempre". Sin embargo, la marca Clinton se beneficia de todo lo que Trump no es: comedido, decente, progresista... Por muy paradójico que parezca, Trump se ha convertido en el activo más preciado de Clinton, como muestra por activa en su repetido “No podemos arriesgar una presidencia de Donald Trump” e incluso por pasiva, como el artículo de Quim Monzó en La Vanguardia del pasado 18, quien, en tono irónico, hace meses que piensa “que Trump es un infiltrado que tiene como objetivo que se desvanezcan las antipatías que Hillary Clinton suscitaba al principio de la campaña, incluso entre los votantes del Partido Demócrata”:
En pocas horas sabremos si los americanos se han arriesgado o no. En cualquier caso, Trump, con su “hard work & vision” llegará seguro a conseguir alojamiento gratuito en un edificio histórico e icónico de la Pennsylvania Avenue de Washington, D.C., en breve sabremos (él también) si será en uno del año 1800 (La Casa Blanca, en el 1600 de Penn Ave) o… en otro del año 1899: su propio hotel “now open”, en el número 1100:

Fuente de la imagen: https://www.trumphotels.com/washington-dc
Efectivamente, Trump es una marca y multicategoría (nuevamente, tal vez demasiado), si bien este brand streching es totalmente coherente en su esencia y promesa;
- sea cual sea la categoría en la cual operar, desde edificios a política, pasando por restaurantes y clubes de golf Trump, ropa y accesorios Trump, muebles y decoración Trump, agua mineral y vino Trump o fragancias, obviamente llamadas Empire by Trump y Success by Trump.
- y sea cual sea el touchpoint en donde la encontramos, desde libros, programas de TV, un discurso político a esta publicidad en revistas.
Pero hoy esta batalla acaba, y ahora podrás:
1. Reflexionar qué es tu marca y su causa, también si eres un detergente, o restaurante o club de golf, o te dedicas a ropa, accesorios, muebles, decoración, agua mineral, vino o perfumes: Si no tienes claros tus valores y creencias (y los de tu target), tal vez te resulte más fácil empezar por lo que tu marca no es, identificando a tu “anti”, quién es el new entrant, quién es la casta… y actuando en coherencia en todos tus touchpoints.
2. Gestionar el momento:
- Esperar a ver la siguiente batalla en 2020.
- Ver la campaña en rewind, como en este spot de AUDI tan relacionado con el tema Clinton vs. Trump (o Trump vs. Clinton). Clica aquí para verla
3. Pasar de tanta batalla, de una batalla que ha sido muy sucia: Cambiándolo por otras cosas mejores, también sucias, dirty… dancing. Ver video aquí
¡Que gane el (o la) mejor!